martes, 3 de marzo de 2015

FREDDY EDUARDO DIAZ... El locutor zuliano que creo la primera miniteca en Maracaibo

Escrito por hilderjhernandez 08-01-2015 

El locutor Marabino Freddy Eduardo Díaz sin duda se ubica en ese clásico ejemplo del hombre de aula, prestado a los micrófonos de la radio, como lo fue el también zuliano Magín Pastor Suárez y tantos otros en todo el territorio nacional; nacido en la Maracaibo de la era petrolera y en plena frontera que une las dos más populares, legendarias y clásicas barriadas marabinas; como son El Saladillo y El Empedrado nació escuchando la radio de los pioneros en su época de oro. A principio de los años sesenta, como todo joven de origen humilde, corona con gran esfuerzo sus estudios en la Universidad del Zulia en el área de las matemáticas y física pura, para convertirse por años en miembro del cuerpo académico del Liceo Octavio Hernández antiguo Seminario de la Av, Bella Vista.


El permanente roce diario con los jóvenes estudiantes de secundaria en las aulas de clase, Freddy Eduardo desarrolla un agudo instinto y conocimiento de todo aquello que de manera vertiginosa empezaba a llamar y apoderarse de la atención de aquellos jóvenes pertenecientes a esa inquieta década de los sesenta, a lo que los teóricos sociales llaman el arranque de la cultura pop.


Con el apogeo de la Era de Acuario en Maracaibo todo surge de manera natural para que Díaz llegue a la radio: joven profesor, dueño de una profunda y poderosa voz, conocedor de la moda y los gustos juveniles modernos, y un recién obtenido título de locutor, después de culminar sus estudios de locución en la Academia Torpedo de Maracaibo, comienza su carrera como profesional de la locución; con esas fortalezas a favor no podía hacer otra cosa en la radio que innovar, y para ello, reunió todas esas experiencias, plasmándolas en una producción radiofónica de alto impacto en el marco radial local para ese segmento sociocultural emergente que, para ese entonces, a nivel mundial, reclamaba sus espacios naturales.



Sin duda, una de las claves para su éxito inmediato fue el uso de los concursos, oportunidad única para aquellos radioescuchas de ganar desde un disco en 45 RPM, pasando por afiches full color de las estrellas pop del momento, cancioneros con letras y traducciones de los éxitos pop del momento, hasta exclusivos boletos para asistir a los eventos juveniles de la época, esto con solo responder desde sencillas trivias o simplemente someterse a pruebas insospechadas al presentarse en los estudios de la radio en vivo.





Lo que si dejo claro, que siendo un hombre de números, se adaptó rápidamente al mundo del espectáculo llevando ambas pasiones al área que también domino como único, los negocios, su comienzo empresarial, después de la venta de publicidad radial, la dio en una incipiente actividad comercial poco conocida en la ciudad para aquel entonces, el alquiler de equipos de sonido para fiestas particulares conocida como Estedika, esta actividad poco tiempo después se conocerá como minitecas, Estedika arranco con el alquiler de una planta o amplificador Connar, de los muy popularmente utilizados en los colegios pata hacer sus anuncios y un centenar de canciones grabadas y mezcladas en los estudios de la radio sobre una cinta magnetofónica Ampex en un aparato de reproducción de Reel de la misma marca; el éxito fue tal, debido a que los padres y los jóvenes mismos de la época la alquilaban para los cumpleaños, quinceaños, graduaciones y otros festejos; llegando a tener la empresa más de quince equipos para poder cumplir con todas las actividades solicitadas.




Desde los años cuarenta se conocen en Maracaibo algunos personajes que alquilaron equipos y discos para reuniones y fiestas, entre ellos se recuerda a los señores Cesar Guerrero y José Villasmil Mármol, quizás este último el más conocido, ya que en su carácter de radiotécnico desde su taller en Santa Lucia, sector el mosquito detrás del Colegio Pichincha, llego a reunir varios equipos de sonido que dedico a la actividad, famosos eran en la ciudad los bulliciosos altavoces de lata RCA, tipo trompeta, que invadían los hogares y clubes junto al amplificador, el tornamesa, también llamado Picó, y los discos en 78 y 33 y medio RPM, estos equipos tenían como característica o sello de recuerdo para los que lo vivieron el sonido agudo y metálico sonido que salían de sus cornetas; y el tiempo de espera que debían guardar los bailarines entre cambio y cambio de discos, efectos negativos, ambos, que llego a superar Estedika la pionera miníteca de Freddy Eduardo Díaz.

1 comentario:

  1. Conocí a Freddy Eduardo y a toda su familia. Excelentes personas. Tengo gratos recuerdos de esa bella época de mi vida. Gracias por esta crónica.
    Martín Alonso Moncada.

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