Este año 2015 arranco con una canción que de forma lenta
pero segura va alcanzando los puestos de honor de las carteleras a nivel
mundial, es un tema musicalmente espectacular, de esos que llegan para
quedarse como referencias de un tiempo,
como tantos muchos que nunca pasa de moda, lo más impresionante de esta canción
es el contenido de su poesía, toda una reflexión para las damas de hoy.
La cantante norteamericana ganadora del Grammy, Colbie
Caillat, invita a las mujeres a que se sientan cómodas su apariencia real con
su tema "Try", parte de su EP Gypsy Heart (Side A). En el video, la
artista aparece junto con otras mujeres, todas arregladas y muy maquilladas,
pero a medida que avanza la canción, se quitan el maquillaje. La artista cuenta
que este tema nace de una experiencia personal, cuando comenzó a pensar en todo
el esfuerzo que realizaba por su apariencia, pero se dio cuenta que se agradaba
más a sí misma con su imagen al natural.
lO QUE SE LLAMA EN EL ARGOT POPULAR, TODO UN TRABUCO, ALGUNOS MIS AMIGOS PERSONALES, OTROS CONOCIDOS, PERO ESO SI TODOS MIS ÍDOLOS RADIALES DE SIEMPRE....
De pie:Plácido Garrido, Full Chola, Cappy Donzella, Pepe Lebrón, Amaury José Díaz el tio Amaury, Oswaldo Yepéz, Rhode y Pierral... sentados: Joffre,
Jesús Leandro, Adicson Lara, el pelón Marín, Musuito y Hoffman.
Mis primeros acercamientos a
la radio se dieron desde mediados de los años setenta, como oyente de unos de
los programas más escuchados en las tardes radiales de la ciudad de Barquisimeto, el vespertino programa radial que conducía
el destacado locutor Francisco Urdaneta; una tarde al finalizar el programa de Urdaneta, me quede un rato más, en los estudios de Radio
Universo, con la firme decisión de intercambiar pareceres con una leyenda
viviente de la radio y el folklore Centroccidental, Amílcar Segura. Con la venia que me ofrecía el ser un joven osado, más que decidido, algo irreverente para la época; entré al estudio de locución, pocos minutos antes de que
don Amílcar iniciara su programa vespertino, que hacía solo una vez a la
semana.
Amilcar Segura año 1957
Era impresionante ver aquel
hombre que reflejaba una extraña mezcla compuesta por la humildad de hombre de
pueblo, intelectualidad de individuo culto y curtido, aire de artista que se
sumaba a ese portentoso dejo de innegable de empresario y ejecutivo de negocios, Segura se movía
seguro y parsimonioso, en total dominio del lenguaje proxémico entre él y su
obra, ordenando sus notas y guiones de aquello que en solo segundos
perifonearía a su audiencia como todos los jueves.
Sin pensarlo dos veces, con
mi primera y vieja grabadora de cassette en mano, de un solo brinco después de
dar las buenas tardes le pregunte el porqué del cambio de nombre de Radio
Cronos al de Radio Juventud, esto debido a una interrogante o especie de vacío
resultante de una conversación sostenida por dos locutores, y del cual fui
testigo, un día antes, en la pequeña fuente de soda “Danubio Azul” que quedaba
diagonal al Palacio Radial.
Entre los alegatos de mi
exposición le cité, que para mí, el nombre de Cronos connotaba la fuerza del Dios
Tiempo y padre de los dioses, un brutal significante para el nombre de una
estación radial; este mirándome como sorprendido y, con cierta expresión de
amistad en el rostro, me respondió con voz relajada, lenta y segura. Y les voy
a confesar, aun hoy día, al revisar esta cita, me sorprende la carga filosófica de su respuesta:
- “Juventud es algo más que una transitoria
etapa biológica de la vida; en nuestro tiempo actual, juventud es poder,
belleza, amor, esperanza… como dijo el poeta Rubén Darío “Juventud divino
tesoro” que frase tan maravillosa ¿verdad? ¿dime si no es verdad? Juventud son los sueños que van a cambiar al
mundo ¡lo veraz! serás testigo como joven,
Veraz que esos sueños de juventud harán
caer muros, derrotaran apartheid, unirán naciones… juventud es más que un simple cliché, juventud es la alegría de la vida, la salud, la belleza; y Cronos, aunque te parezca muy
romántico y clásico, jamás podrá encarnar lo maravilloso y moderno que hoy día
encierra la palabra juventud; que no te quede la menor duda, juventud es modernismo, fue el concepto, y de ahí el éxito, ya que fue pensado bajo estas
premisas, en marzo de 1965, en el marco del nacimiento de esa... una nueva emisora
radial, que marcaría un antes y después en la radio larense, es así como surge el cambio de nombre.” –
Vendría posterior a esta reflexión, el corte continuo y repetitivo del audio del comercial que salia del curioso monitor pegado a la pared del estudio, fijando la atención de ambos al monitor visual que parpadeaba brillante y luminosamente el clásico On Air, que indicaba que se iba al aire.
Cual experimento de Pablov, aquel hombre nacido en el pequeño pueblo de Campo Elias en Yaracuy a comienzo de siglos, inmediatamente desvió la atención, despidiéndose con un silencioso apretón de mano, para dar inicio a una danza de palabras e ideas de quien en su haber, para sus años mozos, en pleno inicio de este medio a nivel mundial, condujo desde Nueva York un programa por varios años en la importante cadena radial estadounidense N.B.C, y quien comenzó su emporio económico cambiando la forma de hacer las arepas en los hogares venezolanos, al conseguir la licencia de forma exclusiva para la región de los Molinos Corona, maquina moderna que dejo en el recuerdo al pilón de maíz.
Collage fotográfico publicado por el Diario El Impulso de Barquisimeto.
Eduardo Morell nace a finales de la década de los
veinte en la apacible y acogedora Mérida, sede de la segunda universidad en
importancia y antigüedad para la época, desde niño demuestra aptitud para lo
artístico, participando en cuanta actividad cultura, sarao o concurso infantil
de canto aficionado se diera en el pueblo
-“Siempre me gustó el mundo
artístico, al que me integre desde mi niñez. A los ocho años era cantante
aficionado, asistía a los concursos infantiles de radio en Mérida, y ganaba
aquellos premios simbólicos, al estilo de una pluma fuente”.- (Meridiano. 1983)
Además de los estudios se inclina por el trabajo,
convirtiéndose en pregonero del Diario Patria y vendedor de golosinas a las
puertas del único cine de la ciudad. Su padre, un emigrante italiano llegado al
país como parte una migración europea a finales de la primera guerra mundial, crea
y regenta para la década de los cuarenta, una incipiente y nada de tradicional
empresa de publicidad, extraña unidad empresarial, por no decir inusual para
ese entonces, en la pequeña ciudad de ingresos provenientes ampliamente del
sector agrícola y de la renta universitaria.
Eduardo Morell se involucra en la novedosa empresa
familiar desde muy chico, dedicándose a la venta y producción de avisos
publicitarios para los escasos y arrojados clientes, que por sus costos más
económicos que los establecidos por la también recientemente creada
radiodifusora LaVoz de la Sierra en 1940, prefieren
anunciar en los eventos del cine local, conocido como Teatro Principal.
Es allí en el
donde, noche tras noche, antes de comenzar la función, con diapositiva o no, el
joven Morell leía y hasta improvisaba los comerciales que el mismo creaba,
entre uno de sus preferidos, aquel del almacén ubicado en las adyacencias de la
Plaza Glorias Patrias llamadoMuchachos Hermanos, primer comercio
de la localidad en ofrecer las marcas de radio receptores Victors RCA, Philips,
General Eléctric, y que este demostraba en vivo al público, pero, con el
pequeño detalle que el joven promocionaba la programación que tenía aquella
estación de radio que se escuchaba en onda corta, y que la gente esas tierras
conocía como la emisora Broadcasting Central de Caracas, la cual trasmitía
diariamente desde hacía muchos años atrás, como se verifica en el periódico “Patria”
del 17 de junio de 1926, en cuyas líneas menciona que se reconoce por sus
siglas A.I.R.E.
Dentro de las estrategias de venta utilizadas por
estos pioneros de la publicidad en la región, estaba la creación de su propio
medio, una unidad de voceo que montaron en su carro D´Soto, con la cual micrófono
en mano, y a través de una gigantesca corneta metálica, tipo trompeta, estos fijaron
en el techo del vehículo. Con la novedosa móvil recorrían las estrechas calles
de la ciudad y cercanos pueblos a esta difundiendo, entre el ladrar de perros,
los nombres y horarios de las películas, los mensajes de los clientes, y en
especial la de los espectáculos deportivos y culturales, que en muchas
ocasiones eran montados por ellos mismos, como empresa de espectáculos y
variedades alterna a su oficio original.
Su fama creció en la localidad por la pericia que
este mostrabadía a día en el perifoneo, pero sobre todo, por ese
estilo pícaro lleno de frases curiosas que este al vuelo creaba para
complementar los mensajes o anuncios, donde involucraba a las personas en
especial a las chicas, para captar la atención del público en las calles;
además de su proactiva disposición a resolver cualquier problema que se presentara
en la sala del teatro, llegando inclusive a sustituir a un boxeador que no se
presentaba o llegara a tiempo en una pelea programada que su productora
montaba.
En búsqueda de nuevos horizontes, él y la familia,
por decisión de su padre, hicieron maletas, cuando este apenas cumplió
diecisiete años, según su padre, para hacer una mejor vida, pero sobre todo,
para que el fogoso e inteligente Eduardo entrara a la Escuela de Formación de
Oficiales de la Guardia Nacional, carrera que en absoluto le llamara la
atención, pero que haría para no contradecir y complacer a su padre; ya en la
institución castrense las metas cambian cuando el hiperactivo cadete descubre
los sonidos del Rhythm & Blue, el Jazz y el incipiente Rock and Roll que
nacía como movimiento musical que seducía a los jóvenes a nivel mundial, y que
conocía desde el cuartel a través de las ondas sonoras de la radio
internacional y de esa radiocaraqueña que él conocía desde muy
joven cuando la demostraba en su Mérida natal.
Morell decide que su vida no está en la carrera
militar, y abruptamente abandona esa meta, aun habiendo terminado la carrera
con altos honores en dos años, obteniendo el grado de oficial, y es que este no
era su sueño, era el de su padre,. Cerrado ese capítulo de su vida, es cuando
decide acercarse a la radio en su época de oro; con el piso y fogueo que le
daba su antigua actividad frente el micrófono callejero en las frías y
tradicionales calles andinas. Obtiene su certificado de locución a mediados de
los cincuenta y decide arrancar a buscar trabajo en la radio, para evitar un
poco los impases y reclamos del padre, se traslada a Maracaibo, laborando en la
afamada radiodifusora zuliana Ondas del Lago Radio, solo por una muy corta
temporada.
El inquieto joven decide regresar a la capital para
comenzar su carrera como locutor de conteos musicales pero esta vez como
productor de su propio programa -“A raíz
de la incursión en la radio de gente joven y enérgica, se dio inicio a un nuevo
estilo en la programación. Yo particularmente realizaba los espacios con
canciones modernas, mientras narraba un poco la historia de esa canción, el por
qué estovo de moda, etc… Eso fue lo que se llamó “Discjokismo”.- (Meridiano. 1983)
Esta estrella indiscutible de la radio de las
décadas de los cincuenta y sesenta, e inclusive en los años setenta se mantiene
como uno de los predilectos de la audiencia gracias a ese conocimiento que
desarrollo sobre todo del gusto de los oyentes jóvenes, premisa principal al
diseñar ese sinnúmero de programas exitosos e inolvidables a lo largo de su
carrera como lo fueron: Tragadiez de los Éxitos, Discoteca Internacional, La
Gran Parada de las Canciones, Mamá y Papá Sinfónola. Programas que atraparon las audiencias gracias
a su estilo y voz inconfundible, la que aun a sus 64 años se conservaba como la
de un joven, llegando a pensar muchos de los oyentes que quien trasmitía era un
pavo, como su irreverente audiencia, tono vocal característico que mantuvo
desde ese mismo noviembre de 1957 cuando arranco por Ondas Populares con sus
Tragadiez de los Éxitos, considerado por quienes lo conocieron su preferido.
Eduardo Morell junto al sello Twin Hits una filial
en Venezuela del sello neoyorquino PPX
Enterprises publica el primero de sus “Tragadiez de los Éxitos”, y los
siguientes, como también los otros de sus diferentes programas, con la
Discográfica Nacional Palacios, que era la distribuidora en Venezuela del sello
norteamericano, juntos dan inicioen
el país, desde el año1962, a las
recopilaciones y compilaciones discográficas, es decir, un producto o serie de
colecciones discográficas con el sello del nombre del programa, en su caso “Los
Tragadiez de los Éxitos” además, abalado y refrendado por el locutor o
discjockey en un texto que por lo general aparecía en la contraportada del
álbum, en este concepto discográfico se
presentaba una recopilación, balance o selección de temas musicales, entre
grandes éxitos pegados y temas promocionales que Morell recomendaba a sus
oyentes, aunque hay que reseñar que las últimas publicaciones de sus discos las
ficha con el sello CBS.
Las afamadas placas musicales de “Los Tragadiez de
los Éxitos de Eduardo Morrell” se convierten en auténticas joyas discográficas,
las cuales lanzaron al mercado discográfico nacional cientos de estrellas
internacionales y del patio, entre el gusto de los jóvenes melómanos de la
época; sin duda este tipo de formato discográfico se hizo muy popular en las
décadas de los sesenta y setenta entre la gente de radio dedicada al
discjokismo lanzando muchos de ellos al
mercado sus propias versiones, hoy auténticos clásicos, tanto para los
catálogos de la empresas del disco como para las selecciones privadas de los coleccionistas
de la música pop.
Al igual que los álbumes de Morell también se dieron
el caso del “Desfile de Éxitos de Clemente Vargas Junior”; “El Hit Parade de
Oswaldo Yépez”; “Ciclo Pop de Jesus Leandro”; “Gente en Ambiente de Napoleón
Bravo”; “Éxitos de la Juventud con Freddy Eduardo”; “Yesterday Pop Music de
Phelo Partidas”, entre otros; por cierto,
tanto Clemente Vargas Jr, como Cristian Roux otro de los discjockey
pioneros de la radio, formaron parte del equipo de “Los Tragadiez de los
Éxitos”
Morell en toda su carrera fue un líder en ventas al
aire que gozo del apoyo de muchos anunciantes, dada su popularidad y aceptación
dentro del público joven donde gozaba de un gran poder de aceptación y
credibilidad gracias a su constante y renovada creatividad, que marco un estilo
único en el cuadrante radial. La mayoría de sus programas lo patrocinaba la
marca de zapato Willians Shoes haciendo de esta marca la preferida del público
consumidor y líder del mercado en la industria del calzado nacional. Asi de
bueno era Eduardo Morell.
Aunque no todo fue color de rosas, Morell fue
acusado por los medios impresos que seguían la fuente de radial de crear un
“Morellismo” ya que muchos locutores en las décadas de los sesenta y setenta lo
tenían como referencia, creándose una escuela de seguidores, a los cuales se
les acusaba de imitadores. También fue acusado de extranjerizante “Se me ha querido señalar como enemigo de la
Música Venezolana, pero nadie sabe por qué soy contrario a la sensiblería
barata; pues lo bueno es bueno en Caracas o en Pekín”. Unas de sus defensas en
la contraportada de su disco “Discoteca Internacional 1970 con el Sello Motown
Record.
Muere en la ciudad de Caracas los 64 años, el 8
de abril de 1993, con una actividad
radial menos intensa realizando algunos
programas especiales para la emisora de su amigo de siempre Oswaldo Yépez, y
dedicado a su empresa personal de contacto comunicacional para profesionales,
pero con el crédito de haber sido en la radio una especie de gurú radiofónico,
algo parecido a lo significo Renny Ottolina para la televisión; sin duda Morell
fue un innovador constante en el medio radial.
El maestro Juan
Vicente Torrealba participa por primera vez en la radio en calidad de
músico de sesión contratado por Radio
Nacional de Venezuela, pero no tocando el arpa, como muchos pensarían, sino,
como guitarrista, es que él, como tantos músicos, debutaron en la radio
ejecutando instrumentos musicales, que en definitiva, no serán con los que a la
final triunfaron; caso igual, el del maestro Alirio Díaz, quien comenzó su extensa y triunfante carrera en los
humildes estudios de Radio Valera, en
el Estado Trujillo, ejecutando el saxofón, y no la guitarra, instrumento este que
lo consagrara universalmente.
El maestro Juan Vicente llega a Caracas en 1949, en búsqueda de una independencia económica
propia, la guitarra para ese entonces no era más que un hobby, o una forma de
galantear bellas damas interpretando serenatas con las rancheras y guarachas de
moda. Hasta que un día se le dio la oportunidad de presentarse en Radio
Nacional de Venezuela, y gracias a un exitoso debut consigue un contrato de tres meses como
guitarrista, interpretando música llanera y valses venezolanos. Allí conoce a
la compositora María Luisa Escobar, a quien siempre considerado su madrina
artística, es ella quien le facilitó el estudio de la radio y la grabación de
un primer disco de acetato.
Es famosa la historia, ya que el mismo maestro Juan Vicente Torrealba se encargara de
divulgarla, para dar a conocer cómo ocurrió el cambio de instrumento, es decir,
de la guitarra al arpa venezolana, instrumento que en definitiva lo consagrará
a nivel mundial. Cuenta, que en sus orígenes había sido contratado por la
radiodifusora del estado venezolano para acompañar musicalmente a los artistas
invitados y a los aficionados, cuando una tarde le comentaron, que los
ejecutivos de la estación radial emplearon otro guitarrista, para incorporarlo
a los ya existentes en roster artístico. El comentario en los pasillos entre
los músicos de la estación, era, que el nuevo guitarrista, que procedía de Maracaibo,
pero oriundo de Barquisimeto, había llegado con el aval de ser la figura
principal del cuadro de músicos de sesión de la reconocida y exitosa
radiodifusora marabina Ondas del Lago
Radio, pero sobre todo, era un virtuoso en la ejecución de la guitarra.
Con la curiosidad que al cualquiera le despierta el
propagado comentario, el maestro Torrealba se acerca a la sala donde el músico recién contratado, ensayaba y
se ponía de acuerdo con los otros artistas a los cuales acompañaría
musicalmente en el escenario del próximo espacio radial. Al ver y escuchar al
desconocido músico, quedo extasiado y maravillado ante cada nota que salía de
aquella guitarra que era prodigiosamente ejecutada, y que a la postre resultó
ser el gran maestro Rodrigo Riera.
Fue tanta la impresión que el talento de Riera causo en
Torrealba, que este juro en la misma sala de ensayo, no agarrar nunca más una
guitarra en su vida de manera profesional, motivo por el cual a los pocos días se
retira de la radio aprovechando el término de su contrato, para dedicarse aprender los secretos del arpa
criolla al mismo nivel del cual el maestro Riera tocaba la guitarra.
Decide entonces formar el conjunto Los Torrealberos junto a
su hermano e menor hijo, Arturo y Santana respectivamente; y graba junto al
cantante Ángel Custodio Loyola, considerado la voz más fabulosa de los llanos, sus
primeros discos comerciales, pero, pero los discos no tuvieron el éxito deseado
ya que el estilo recio de Loyola no logró del todo gustar en Caracas; esto no
amilana al maestro quien comienza entonces la búsqueda de una fórmula
comercial, por llamarla de alguna manera, de estilizar la música llanera y
lograr así que esta gustara en la capital. Grabará el pasaje María Laya con la
cantante Magdalena Sánchez, consiguiendo la formula buscada, su primer éxito
discográfico y el inicio de su popularidad.
En 1950, en pleno auge de su carrera consigue un contrato en
Radio Caracas Radio, para presentarse de lunes a viernes a las seis de la
tarde, “con carácter de exclusividad”, en el programa “Llano Adentro con Los
Torrealberos” animado por el locutor Pedro José Fajardo. Ya en el programa incluye
en su lista de cantantes a Marisela (Josefina Cornieles) y al zuliano Mario
Suárez. “Una vez que empecé mi contrato con Radio Caracas necesitaba un
cantante y conocí a Mario, quien interpretaba boleros al estilo de Pedro
Vargas, pero yo lo enseñé a cantar la música llanera y fue un verdadero éxito. Luego
vendrían Rafael Montaño y Héctor Cabrera, los otros pilares, sin desmeritar a
los demás cantantes que también fueron útiles y muy buenos, en los que se basa
el gran éxito de Los Torrealberos en los años 50”.
El debut como arpista de Juan
Vicente Torrealba se da en los estudios de Radio Caracas Radio. Los
Torrealberos logran rápidamente un éxito inusual en el mercado nacional,
llegando a grabar hasta seis álbumes al año, todo un record hoy día para la
industria discográfica nacional, a la par de convertirse durante buena parte de
los cincuenta y hasta finales de la década de los sesenta, en el artista más
popular de Venezuela.
De las filas de Los
Torrealberos, y bajo los auspicios, en muchas ocasiones del maestro
Torrealba, llegaron al estrellato buena
parte de las voces más exitosas de nuestra música venezolana entre ellos Mario Suárez, Rafael Montaño, Héctor Cabrera,
Magdalena Sánchez, entre otros. A mediados de la década de los cincuenta
crea su propio sello discográfico “Discos y Distribuidora Banco Largo” dada a
su prolífera carrera, y como fórmula
para evitar ser plagiado y timado por empresarios del disco deshonestos e
inescrupulosos.
Desde los primeros meses de 1977 los seguidores del Rock en Venezuela empiezan a conocer una banda llamada “La Misma
Gente”, agrupación conformada por músicos de conocidas trayectorias en
agrupaciones de los sesenta “Los Barracudas” y los setenta “Apocalipsis”,
desde San Antonio de los Altos en el Estado Miranda
.
Pedro Vicente Lizardo (PTT) medico internista, se
une a su hermano Humberto Enrique Lizardo (IKE), bajista y diseñador, ambos hijos
del poeta Pedro Francisco Lizardo, médico, cantautor y guitarrista, y con los también
experimentados músicos, el baterista Víctor González (Kasino) quien venía de
militar enSky White Meditation, Pedro Alberto Galindo,
compositor, cantante y saxofonista, Mario Bresanutti, pianista, cantante y
compositor, y eventualmente, Ricardo Ramírez, flautista, este último quien dio
el nombre a la agrupación porque esta había nacido entre la misma gente de San
Antonio.
Una de las características principales de “La Misma Gente” lo constituye el lenguaje
musical siempre basado en el rock, pero bajo un estilo depurando y desarrollado
para alcanzar su propia autonomía con solo los textos poéticos originales de
PTT.
La Misma Gente sale de su territorio de origen
editando el álbum “Por Fin”,el primero de su carrera
musical, después le seguirían seis discos más y, un DVD, pero sin duda, la
pieza que no puede faltar en la colección de un roquero que se estima es “Por
Fin” acetato que incluye la maravillosa pieza “Lluvia” la más reconocida y
valorada canción de esta agrupación dentro de la corriente del rock venezolano.
Y es desde acá, donde quiero hablarles un poco
desde mis experiencias como locutor del género en Maracaibo durante esa década,
en una ciudad con un segmento significativamente importante ganado para el rock
nacional, desde los años cincuenta, con la presencia de un grupo significativo
de extranjeros de origen norteamericano, sumado a otro buen grupo de jóvenes que
desde los campos de las compañías petroleras se sumaron a ese sonido contagioso
de las guitarras estridentes y los redoblantes y platillos de la batería.
Es que el rock nacional nació en Maracaibo, aunque
les parezca mentira, si nació en Maracaibo y la Costa Oriental, en los salones
de los clubes petroleros, en las fiestas de los chamos gringos, con sus discos
importados de las grandes estrellas del Rhythm and Blues, con los instrumentos
musicales traídos desde el norte por esas familias, en las cocheras de sus
exclusivas residencias en los campos gringos, pero junto a los panas locales,
dando origen a una cantidad de agrupaciones de venezolanos y norteamericanos
que con apenas 15 o 16 años empezaron a emular a las nacientes bandas pop-rock
inglesas y norteamericanas, y de ahí un salto, con la referencia de los grupos
mexicanos.
Quizás la más representativa “Los Impalas” la
primera con viso profesional, esa, la de la primera conformación, de solo un
trio, de dos venezolanos y un gringo en los años cincuenta, y que animaba todos
los encuentros juveniles del Club Creole.
Después vendría “Los Impalas”, ese que conocemos todos en el país por comienzos de los
sesenta, unos “Impalas” que se dan en
el resultado de la unión con “Los Flipper´s”
otra agrupación de los campos petroleros. Ahora bien es en esta relación, en
ese intercambio cultural musical, donde está el secreto de los Impalas, quienes
se convierten en la primera agrupación de rock nacional, y en la primera en
gozar de gran éxito internacional que los llevo en la segunda mitad de los años
sesenta a medirse de tú a tú con las mejores bandas españolas.
Aún recuerdo
cuando entreviste en nuestro humilde estudio de provincia de Radio Reloj
Maracaibo a Miguel Ríos, siendo lo primero que nos repregunto ¿Dónde estaban
los muchachos de “Los Impalas”? ese banda de ustedes si sonaba duro… la misma expresión
la utilizó muchos años después Carlos Morean cuando en una entrevista sobre los
Darts y la música de los sesenta me comento que lo que más asombro de los “Impalas”
esa época era lo duro que sonaban.
Ahora volvamos con “Lluvia” y “La Misma Gente”
es quizás este el single peor promocionado en el interior del país en la radio
de aquel entonces, esta canción reúne todo los atributos para a haberse
convertido en un mega éxito de dimensiones estratosféricas, un sonido duro y
comercial a la vez, una letra única, yo soy el mayor testigo, como la gente en
Caracas lloraba como niños con este tema, quizás porque a los caraqueños con
esta canción recordaban las tragedias que generaba la lluvia en los barrios y
cerros de Caracas de esa época, aunque la letra nada tiene que ver con eso, y
por último una estructura de canción hecha para la cabeza, para el alma.
Hoy quiero desde mis recuerdos ochenteros
presentarles tres vídeos de la misma canción, el primero el sonido original, el
segundo, en concierto desde la UCV, donde se aprecia los efectos que el tema producía
en la audiencia y hasta en el mismo interprete, y por último un video del 2011
en el Teatro Teresa Carreño, donde en total sonido digital van a escuchar el
sonido actual de esa canción, una barbaridad…
Cuando era un niño y veía
caer la lluvia,
que no me dejaba jugar.
No sé precisamente lo que
sentía,
sólo sé que ahora no es
igual.
Porque ahora cuando llueve,
sé que donde tu estés
entristeces un poquito, y te
tomas un café.
Te abrigas bien un rato, no
tienes nada... que hacer.
Y tal vez entonces en mi
pienses..
La lluvia es triste y más,
si ya hay tristezas,
y algún vacío por llenar.
La lluvia fría y más si te
das cuenta, que en tu alma
nunca va a escampar.
Coro
Y cuando llueve no es que
llueve, es que Dios aprende
a llorar, y cuando llueve más
te quiero,
y cuando llueve tú no estás..
Lluvia son tus ojos. Lluvia
es mi intranquilidad.
Lluvia es esta canción si
terminar…
Otra canción si terminar por
tu culpa.
Lluvia mójala un poquito, y háblale
un rato de mí.
Dile que yo sé que en mayo,
su cuerpo llueve por mí.
Dile que de nada, vale amar
sin compartir…
Una cama, un sueño, un hijo y
un jardín.
Lluvia dile lo que yo no sé
decir.
Lo que yo no sé decir todavía.
Porque ahora cuando llueve, sé
que donde tu estés
Entristeces un poquito, y te
tomas otro litro de café.
Y cuando llueve no es que
llueve, es que Dios aprende
a llorar, y cuando llueve,
cuando llueve más te quiero,
Dos buenas amistades me enviaron estos regalos el día de la amistad... no se si fue a propósito o es que la cosa esta tan fea, que buscaron alternativas para cumplir con el tradicional intercambio de regalos que hacemos anualmente este día...
¿O son Nike o son Adidas? Este Johnnie es maracucho; cambio la "L" por la "R" Ademas, es rolo de gay porque no es "Label" sino "Labial"